Por Augusto Boal
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Este libro intenta mostrar que todo el teatro es necesariamente político,
porque políticas son todas las actividades del hombre y el teatro es una de
ellas.
Quienes intentan separar el teatro de la política
tratan de inducirnos a un error, y esta es una actitud política. En este libro
pretendo, igualmente, ofrecer algunas pruebas de que el teatro es un arma. Un
arma muy eficiente. Por eso es que hay que pelear por él. Por eso, las clases
dominantes intentan, en forma permanente, adueñarse del teatro y utilizarlo
como instrumento de dominación. Al hacerlo, cambia el concepto mismo de lo que es “teatro”. Pero este
puede, igualmente, ser un arma de liberación. Para eso es necesario crear las
formas teatrales correspondientes. Hay que cambiar.