27/6/21

Diego Rivera, entre Concha Michel y Lupe Marín

 

Por Loló de la Torriente


Diego Rivera concebía a Lupe Marín como “la más extraña" de sus modelos. Entonces de una belleza extraordinaria y mexicanísima, la conoció en curiosas circunstancias a causa de otra amiga, Concepción Michel, cantante popular, compositora de gran carácter y militancia incansable, feroz y valiente como una tigresa y, al mismo tiempo, receptáculo inagotable de ternura, bronca y pura.

         Concha combatía en todas partes, y en plan de feminista, las sinvergüenzadas de los hombres. Mexicanista ardiente, pues lo mexicano, en ella, era la exaltación de su propio ser; Diego la había conocido desde antes de tomar su carnet del PC por haberle sido presentada por Luis Vargas Rea que hacía campaña para diputado sostenido por el periódico de Martín Luis Guzmán. Luis llegó un día con Concha Michel, presentándola como "una compañera de lucha". La ardiente energía, la extraordinaria belleza ranchera., el orgullo profundo y generoso, el cuerpo magnífico, lleno de garbo, y la voz maravillosa de Concha produjeron en el pintor "la emoción sexual más fuerte –dice– de las que experimenté al volver a México, además de sentir, por ella, inmediatamente una simpatía extraordinaria, pero al mismo tiempo, un definido temor de aproximarme que probablemente era temor de ser rechazado, y nacido de lo mucho que deseaba ser admitido".