20/12/18

Memoria del Centro Cultural Helénico 2001-2006


Entre 2001 y 2008 me tocó dirigir el Centro Cultural Helénico, un encargo fascinante por lo que significa en sí mismo y aún más por la coyuntura que se nos presentó: la del primer gobierno no priista en 70 años. Lejos de la polarización política que hemos arrastrado los últimos tiempos, aquella fue una transición sin sobresaltos, fruto de la legitimidad democrática a la que por fin accedíamos. La forma en que ese gobierno dilapidó después sus bonos y contribuyó al encono social que aún experimentamos es algo que no vale la pena exponer aquí; lo que interesa es simplemente resaltar el espíritu de cambio y la efervescencia colaborativa que impulsaron los primeros años del milenio. 
     En ese contexto, diseñar un proyecto escénico y cultural para un recinto específico resultó un reto que asumí desde la posibilidad creativa; el Centro debía reflejar el entusiasmo y la voluntad de construir un discurso de apertura y renovación desde las artes escénicas. Creo que lo logramos en alguna medida gracias a que Otto Minera, el director fundador, había puesto cimientos muy sólidos para que esto sucediera y a que contamos con la participación de un entusiasta equipo de trabajo, así como con la complicidad de artistas y gestores interesados en los mismos objetivos. 
     Aprovechando las coordenadas del Centro en Revolución 1500, desarrollamos una estrategia de posicionamiento que nos convirtió en el eje de iniciativas que incluso involucraban a otros espacios de la ciudad como el Cnart, el CCB y el CCU. En nuestras oficinas se definieron estrategias y proyectos que también involucraron al Fonca, por mencionar otra instancia. "El Centro está en el sur", decíamos, y efectivamente lo hacíamos sentir.  En la cafetería de La Gruta, atendida por el también productor Carlos López, se encontraban los artistas y se acordaban proyectos para este y otros espacios. Era un auténtico lugar de reunión al que muchos colegas iban sin necesidad de una cita, siempre había alguien a quien encontrarse. 
     Al finalizar 2006 decidimos hacer una Memoria que muy pocos conocen; es un cuaderno de trabajo austero que no tuvo como objetivo adornar libreros institucionales, sino compartir un recuento crítico de nuestras actividades para abonar en experiencias futuras. Visto a la distancia, me atrevo a decir que se trata de un ejercicio inédito en tanto enumera logros y hallazgos, pero también advierte de errores y disyuntivas controvertidas, pero sobre todo explica las circunstancias que fueron moldeando nuestras políticas. Se trata, además, del primero y tal vez el único informe del teatro público que aporta datos duros y transparentes sobre actividad y recaudación a lo largo de seis años. Son más de 300 espectáculos cuya ficha de temporada constituye un material de análisis para gestores, productores e investigadores. Es por eso que, ante una nueva transición, se nos ocurre compartirla para lo que pudiese ayudar. 
   Este es el enlace de descarga: 
https://www.scribd.com/document/396103232/Memoria-del-Centro-Cultural-Helenico-2001-2006


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