17/12/10

El Top Ten de la actuación teatral

Vanessa Redgrave

La revista The Stage acaba de pedir a expertos del teatro inglés elaborar una lista con los 10 mejores actores escénicos de la historia. Aunque en el artículo que publica la revista este mes se especifica que los actores podrían ser de "cualquier país", no sorprende el sentido nacionalista de su selección, que se conforma con los siguientes nombres:

1st Judi Dench - 21.5% of the vote
2nd Maggie Smith - 18.2%
3rd Mark Rylance - 15.1%
4th Ian McKellen - 13.5%
5th Laurence Olivier - 11.5%
6th Paul Scofield - 7.7%
7th John Gielgud - 4.1%
8th Michael Gambon - 3.5%
9th Vanessa Redgrave - 3.2%
10th Ralph Richardson - 1.6%

Ejercicio ocioso aunque muy rentable, sin duda, uno se pregunta cómo se puede comparar a actores de diversas generaciones. En los deportes por lo menos hay records y títulos que ayudan a delinear la influencia de un jugador en una época determinada, pero ¿cómo se hace para analizar la importancia de un actor al que posiblemente ninguno de los "expertos" vio realmente en escena? Imposible encontrar una respuesta satisfactoria, lo que no impide caer en la misma tentación y preguntarnos, ahora que estamos a punto de disponernos para el ocio vacacional, ¿quienes son los mejores actores de habla hispana que nos ha tocado ver en escena?  ¿Quién merece estar en el top ten de nuestra historia teatral?  Yo aventuro algunos nombres mexicanos, aunque poniendo aparte a cómicos como Cantinflas, Pardavé, el "panzón" Soto y María Conesa, todos ellos con méritos para integrar esta lista:

María Teresa Montoya
Ofelia Guilmain
Ignacio López Tarso
Julieta Egurrola
Fernando Soler
Manolo Fábregas
Héctor Bonilla
Carmen Montejo
Claudio Obregón
Daniel Giménez Cacho


¿Qué opinan ustedes? ¿Quién sobra, quién falta, quién debía estar en primer lugar? Pienso también en artistas como Carlos Ancira, Carlos López Moctezuma, Silvia Pinal, Augusto Benedico, Angelina Peláez, Margarita Sanz, Lisa Owen y hasta Carmen Mastache –entre los jóvenes–, capaces de llenar cualquier escenario por sí mismos. ¿Basta una actuación memorable para ingresar al Olimpo teatral de nuestra historia?, ¿es la innovación, el carisma, la influencia o la versatilidad lo que importa?  ¿Dónde están esos expertos mexicanos e hispanoamericanos para opinar?

13/12/10

Wikileaks y la seguridad informativa


Se ha debatido estas semanas si las filtraciones informativas de Wikileaks son legales o constituyen una transgresión que pone en riesgo a estados y personas, pero el debate tendría que dar un paso adelante para posicionarse en torno al riesgo de que el suceso coyuntural de Wikileaks dé pie a una regulación, por no decir a un férreo control de la circulación informativa en internet. Los primeros pasos ya se han dado: la cancelación de operaciones a Wikileaks por parte de compañías como Amazon, Visa y Mastercard, quienes acusan a la organización no gubernamental de cometer actos delictivos –pese a que no existen denuncias concretas al respecto- nos habla, esa sí, de una atribución indebida de funciones con el propósito de castigar la disidencia. Por otro lado, ya los gobiernos comienzan a agendar el tema en sus congresos, con la intención de poner los primeros candados a la difusión de ciertos mensajes en internet.
             ¿En manos de quién estamos? Para hacer un ejercicio, el fin de semana pasado intenté cambiar temporalmente mi nombre de usuario de Facebook por el de “Anonymous”, en solidaridad con el movimiento de hackers que han pretendido responder a los ataques contra Wikileaks, pero la aplicación negó su autorización, lo que ratifica la existencia de filtros sobre determinados temas sensibles. ¿Cuáles son los criterios para aceptar o rechazar un nombre determinado? La aplicación no los aporta, simplemente niega.
            Leyendo las diversas reacciones al tema, encuentro algunas que, haciendo eco en la investigación de crímenes, hablan de rastrear al beneficiario para encontrar sentido a un suceso que ha tomado a todos por sorpresa. ¿Quién es el auténtico beneficiado por las filtraciones de Wikileaks? ¿Los usuarios, que acceden a información clasificada? ¿Los enemigos de Estados Unidos, que han puesto en evidencia al “policía global”? ¿El propio sistema de control que tomará la filtración anodina como pretexto para establecer reglas y castigos? Para dilucidarlo no hay que pensar en el primer golpe, sino en los que vienen, así que el tema que se ha puesto sobre la mesa dará mucho de qué hablar y posiblemente nos haga entrar a una nueva etapa de la red global.
            Más allá de que seamos testigos de una auténtica trama novelesca digna de Stieg Larsson (resulta providencial que Suecia sea una de las locaciones principales de esta historia) habrá que dejar la contemplación y asumirnos como activistas porque este suceso afectará sin duda nuestras formas actuales de comunicación. Yo lamento desconocer el arte del hacker, por lo que mi contribución hacktivista será casi nula, pero con mi nombre y rostro me sumo a los Anonymous defensores de la red como espacio sin dueño que debe ser expresión de absolutamente todas las posturas.