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25/7/25

Fuimos pioneros de la Unión Nacional Infantil

 

Yo encuentro dos formas de valorar la historia de la UNI: por lo que significó para sus miembros y por lo que representó para la sociedad. Comenzando por lo segundo, acaso haya sido la primera organización civil dedicada a promover la Declaración de los Derechos del Niño suscrita por la ONU en 1959. No tengo elementos para medir su influencia real, pero apostaría a que fue determinante en la incorporación de la infancia a los programas de acción de la Izquierda parlamentaria, aquella que defiende una cierta idea de país.
     Pero la labor de la UNI no se redujo a foros académicos y políticos, al contrario, su tarea más audaz fue la de aplicar dichos principios en una organización autogestiva de carácter nacional que propiciaba el acercamiento entre niños de diversas comunidades, en un ambiente de conocimiento y solidaridad. Puede decirse entonces que la mayor aportación de los pioneros fue pedagógica y social: durante poco más de un lustro tuvo oportunidad de promover entre cientos, quizá un millar de niños, actividades que combinaban la cultura, el deporte y la recreación con la concientización y el activismo en pro de los derechos irrenunciables de la infancia. 
     A casi 50 años de su fundación, los logros de la UNI deben verse sobre todo en la labor profesional y cívica de una generación de pioneros que aplicamos los principios allí afianzados. Somos un núcleo que quizás seguimos compartiendo una forma de entender la convivencia ética, que defendemos espacios de expresión y estamos abiertos al diálogo. No me cabe duda que así es. 
En lo personal, la pertenencia a esta organización resultó determinante para afrontar las decisiones más importantes en aquella etapa de mi vida. Yo entré tarde a los pioneros porque cuando la UNI se formó ya estaba por cumplir 14 años; sin embargo, tuve el privilegio de participar en casi todas sus etapas de expansión y consolidación. Recuerdo particularmente los cinco campamentos nacionales en los que me tocó participar desde todas las trincheras: al primero asistí como pionero; al segundo, como “becario” porque ya no tenía edad para andar en palomillas; en el tercero fui guía y al cuarto, fui como disidente: ya no era miembro de la UNI sino que iba por mi cuenta, en una tienda de campaña que instalamos con Ernesto Rincón y María Luisa Meléndrez en la zona de campamento. Escogimos para excursionar la misma semana que los pioneros, y andábamos todo el día con ellos, pero nos declarábamos disidentes ya no recuerdo por qué. Al año siguiente se realizó el quinto (no sé si el último campamento) y yo regresé a la organización como uno de sus tres coordinadores nacionales. 
     Entre 1978 y 82 los pioneros formaron parte central de mi vida (junto con las Brigadas Juveniles Comunistas, que eran la siguiente escala de la organización); allí conocí a mis primeras novias y supe también del desengaño. En esos años definí intereses y afinidades con algunos que siguen siendo mis grandes amigos, así como con otros con los que perdí contacto, pero a los que sigo apreciando. Después de un lustro en que sin darme cuenta dejé de ser un niño –aunque por mi aspecto nadie me lo creyera–,  lo más doloroso fue cuando tuve que declinar una invitación para asistir como guía al campamento de Artek, en la Unión Soviética. Si yo aceptaba pasar un mes de ensueño en aquella meca pioneril me vería obligado a postergar un año mi ingreso a la universidad. Y decidí que no. Aún hoy especulo qué hubiera pasado de haber tomado a los 19 años aquel avión de Aeroflot, pero siempre borro el “hubiera” y me quedo recordando el momento de tomar la palabra para decir: “gracias, pero no voy a aceptar”. Ese fue el más duro y valioso aprendizaje, el que me enseñó que ya era tiempo de iniciar mi propio camino.  
     Desde entonces me desvinculé de todo activismo militante; la universidad y luego la profesión me absorbieron por completo y durante años me olvidé de aquella etapa feliz de la adolescencia. A pesar de todo, cada tanto le dedico un pensamiento a la admirada Martha Recaséns, a Gaby y Micho Noyola, a Víctor y Azucena Osorio, a Claudia y Andrea B. Crevenna, a los Rincón Gallardo, a los Enríquez Barragán, a los Meléndrez, a los Rosas; a Ilya, Valia y Obdulia, de Chihuahua; a las Martinelli, los Gutiérrez, los Payán, los Olivos, los Lluvere; a Paco Koffman (o Kauffmann), a quien siempre lamenté no volver a encontrar… Fueron tantos amigos en tan poco tiempo que uno luego se olvida; pero si algún recordatorio cotidiano tengo es el ser uno de los pocos que terminó casándose con una ex pionera, así que, compañeros, “este puño sí se ve”.
    Sólo quiero agregar que uno de los libros que más me inquietó en la universidad no tiene que ver con mis estudios teatrales, sino con modelos de enseñanza: se trata del Poema pedagógico de Makarenko, que narra una experiencia de rehabilitación juvenil en la colonia Máximo Gorki durante los primeros años de la revolución. Pues guardando todas las proporciones del caso, pienso que los pioneros fueron lo más parecido a una poética experiencia pedagógica. 
        Así me fue en la feria.


7/7/24

Meditaciones sobre economía de Simone Weil.

El pago de las deudas es necesario para el orden social, el no pago de las deudas, es igualmente necesario para el orden social. La humanidad oscila desde hace siglos, con hermosa inconsciencia, entre estas dos necesidades contradictorias. Por desgracia, la segunda lesiona muchos intereses en apariencia legítimos y no se hace respetar sin agitación y sin cierta violencia. Dice Proudhon que la propiedad privada no es mala ni injusta, sino imposible. Se entiende por propiedad no el hecho de poseer un bien cualquiera, sino el derecho –más importante– de prestarlo a interés de cualquier forma, sea alquiler, arrendamiento, dividendos... La demostración de Proudhon descansa sobre sobre una ley matemática muy clara: el rendimiento del capital implica una progresión geométrica. Suponiendo que el capital sólo produczca un interés del 1%, si se acrecienta siguiendo una progresión geométrica, lo hace a razón de 1+1 sobre 100. Toda progresión geométrica engendra números astronómicos con una rapidez que desborda la imaginación. Un simple cálculo muestra que cualquier capital, aunque sólo diera un interés insignificante del 1%, se duplica en un siglo, se multiplica por 7 en dos siglos y, con un modesto interés del 3% se centuplica en el mismo periodo de tiempo. Por lo tanto, es matemáticamente imposible que todos los hombres de un país sean virtuosos (prósperos) durante tanto tiempo... (por fuerza, habrá deudores permanentes). Por todo lo anterior, si para el orden social es necesario que se paguen las deudas, es más necesario aún que la gente no pague sus deudas.


Simone Weil, El poder de las palabras (2022). Ediciones Godot. Recuperado en: https://es.everand.com/audiobook/710592732/El-poder-de-las-palabras


5/6/24

Biodrama


Una conocida actriz de edad madura fue secuestrada hace algunos años y de hecho permaneció en cautiverio por 68 días. El asunto causó gran inquietud social y durante semanas los medios masivos encabezaron con ella sus secciones de espectáculos, de nota roja y hasta las políticas. Al ser finalmente liberada, la actriz declaró que no era posible que los ciudadanos pudiésemos vivir en esas condiciones de indefensión y que en adelante se dedicaría a combatir por sus medios la inseguridad imperante. Como primer paso en esa dirección aceptó una candidatura a jefe delegacional por parte de un partido político, aunque para su mala fortuna la campaña electoral se enredó en tales vericuetos organizativos que el resultado fue una aplastante derrota en las urnas. El fracaso político no inhibió a la actriz, quien reapareció tiempo después con la noticia de que había encomendado la escritura de una obra de teatro en la que representaría su cautiverio, así como las acciones y negociaciones que se habían realizado antes de conseguir su libertad, gracias, entre otros, al mediático jefe de la AFI. Aunque dicha declaración tenía como objeto anunciar el próximo estreno de la obra, éste hubo de retrasarse todavía más de un año al grado que, ahora que está a punto de llevarse a cabo, casi lo habíamos olvidado, o al menos había sido desplazado de nuestra memoria inmediatista por el aún más reciente secuestro de un famoso entrenador de futbol. Hay que decir que, a pesar de todo, el asunto reviste un legítimo interés público, aunque no sea por las razones que podrían suponerse en primera instancia, es decir, por la denuncia social que la obra procura enarbolar; el verdadero interés es mucho más morboso y radica en observar a una mujer que cada noche se desvive por traer a escena sus sentimientos de dolor, angustia, coraje, inquietud y esperanza. Si a ella le agregamos las más recientes declaraciones de la actriz, en las que manifiesta su temor ante la posible reacción de uno de los secuestradores, aquel con quien sostuvo el contacto más prolongado, y que, según se sabe, continúa prófugo, tendremos ante nosotros una obra de connotaciones extra teatrales: por un lado observaremos sobre el escenario a una actriz que se interpreta a sí misma recreando los momentos más difíciles de su vida, y, por otro, estaremos ante la posibilidad nunca remota de que entre nosotros, tal vez en la butaca vecina, se encuentre el incógnito secuestrador, quien como es natural no habrá logrado sustraerse a la fascinación de verse interpretado por un actor. Finalmente es de suponer que durante toda la temporada la actriz representará su papel suponiendo que, efectivamente, el secuestrador está ante ella, al acecho, y entonces ella trascenderá cada noche la ficción y alcanzará la transustanciación de un sentimiento auténtico. Es posible, finalmente, que seamos testigos inconscientes de un encuentro real que nos remite al denominado síndrome de Estocolmo del que tanto se ha hablado antes y del que no conocíamos esta variante. 

26/4/24

Libro de Oseas. 50 años de una desaparición política

Hace 50 años, entre el 25 y 26 de abril de 1974, fue capturado y desaparecido Ignacio Salas Obregón, fundador de la Liga Comunista 23 de Septiembre. ¿Quién fue este joven que durante un año tuvo en jaque al país y que al ser desaparecido tenía apenas 25 años?

Salas Obregón era estudiante de ingeniería del Tec de Monterrey y líder de las juventudes católicas quien, influido por la Teología de la liberación, abandonó la escuela en 1969 y viajó a Texcoco para unirse a los grupos de trabajo social y entrenamiento guerrillero que allí se reunían.

Trabó contacto con el profesor Raúl Ramos Zavala y con él y otros jóvenes formó una brigada cuya misión principal fue la elaboración de documentos de discusión y adoctrinamiento.

Conocidos como “los procesos” debido a la publicación del ensayo El proceso revolucionario, editan el periódico Madera, pero apenas habían publicado su primer número cuando Ramos Zavala muere en una redada policiaca en el Parque Hundido.

A partir de la muerte de Ramos Zavala, Ignacio se hace llamar "Oseas", como el profeta menor de la Biblia. En Madera publica su tesis de la universidad-fábrica, que algunos consideran una aportación a la teoría marxista.

En paralelo, establece contacto con otros grupos guerrilleros a lo largo del país y el 15 de marzo de 1973 funda con ellos la Liga Comunista 23 de Septiembre (LC23S), de la que será su primer dirigente.

“La orga”, como se le conoce internamente, constituye el intento más serio por estructurar un movimiento guerrillero de alcance nacional. Al mismo tiempo, detona un cambio en la estrategia gubernamental, que endurece sus métodos de contrainsurgencia dando pie a la guerra sucia.

Entre los operativos que Oseas orquesta está el fallido secuestro del empresario Eugenio Garza Sada, en septiembre de 1973, y la exitosa, aunque efímera, ocupación de Culiacán en enero del 74, conocida como Asalto al cielo.

También son conocidos sus esfuerzos por asociarse con Lucio Cabañas y las guerrillas rurales, pero la alianza nunca llega a fructificar. La desconfianza mutua provocará la dispersión de los esfuerzos.

El asedio policiaco consigue la infiltración de la Liga y, según testimonios nunca aclarados, provoca una purga interna de la que Oseas es señalado como responsable.

Todo ocurrió muy rápido, apenas un año después de fundada la LC23S, la noche del 25 de abril de 1974 Oseas es herido y capturado por el policia Nazar Haro, quien lo conduce al campo militar número uno.

A pesar de que existen testimonios y documentos que acreditan que fue interrogado y atendido de sus heridas en las semanas posteriores, no se volvió a tener noticia de su paradero.

Ignacio Salas Obregón formó parte de una generación de jóvenes desencantados del sistema político, que intentó acelerar los procesos de cambio mediante acciones armadas.

Mártires o criminales, estos jóvenes merecen una valoración más objetiva sobre el momento que les tocó vivir y el aparato represor que enfrentaron. #LibroDeOseas




11/1/24

Adiós al Compa Saldaña

Cuando llegué a trabajar a Xalapa me topé circunstancialmente con un libro publicado por la Editorial UV que resultó inspirador para emprender el proyecto al que había sido invitado, así que se me hizo fácil solicitar a la editorial una donación de 25 ejemplares para entregar a cada uno de los actores y productores de la Compañía. El libro en cuestión es “Momentos de gracia: organizar lo imposible” (*) de Alejandro Saldaña, que narra el proceso mediante el cual un grupo de artistas callejeros termina levantando un emporio que hoy conocemos como Cirque du Soleil. Debo

9/10/23

Mi vida en la butaca

 

Lo mejor que podría hacer para recomendar este ensayo es citarlo una y otra vez porque sus argumentos son cristalinos y contundentes. “Yo les hablo desde el lugar de quien contempla”, dice a rajatabla, y en ningún momento titubea en su postura a pesar de que –ahora lo saben todos–, su autor(a) suele hablar también desde el lado del que se “es mirado”. No es el caso de este escrito, especie de apología de la contemplación escénica, que desde la butaca recorre un abanico de temas digno de un tratado mayor, hasta desembocar en la definición que el prestigiado Diccionario Pavis tiene del término “Espectador”: no existe. En alguna medida “se reconoce  la acción, pero no al sujeto”, sostiene Jimena Eme, digo, Augusto Blanco, y con esta sentencia confirma que allí radican buena parte de los malentendidos y desencuentros entre público y artistas.  Mi vida en la butaca es una lúcida e implacable declaración de amor al arte de espectar, que corrige con elegancia a Brook y a Brecht, así como a otros creadores que no han mirado que del otro lado hay un sujeto pensante que también forma parte del juego.



3/7/23

Wikipedia, por Olga Tokarczuk


 Me parece el proyecto cognitivo más honrado del ser humano. Nos recuerda que todo conocimiento del mundo procede directamente de su cabeza, como Atenea de la de Zeus. La gente aporta a Wikipedia lo que sabe por sí misma. Si el proyecto sale bien, la enciclopedia, que se renueva cada día, será la mayor maravilla del mundo. Contendrá todo lo que sabemos, cada objeto, definición, acontecimiento y problema que ha ocupado nuestro cerebro; vamos a citar fuentes y proporcionar links. De esta manera empezaremos a tejer nuestra versión del mundo, a arrebujar el globo terráqueo con nuestro propio relato. Lo contendrá todo. ¡A trabajar! Que cada cual escriba aunque sea una sola frase sobre lo que mejor conoce.

A veces, sin embargo, dudo de su éxito. Pues solo puede caber allí aquello que sabemos expresar con palabras, las que existen. En este sentido, la enciclopedia nunca será completa. “Así que, en aras del equilibrio, deberíamos contar con un segundo compendio de conocimiento, aquello que no sabemos, lo oculto, el revés, el forro, lo imposible de inventariar en una tabla de contenido, uno que ninguno de los buscadores pueda encontrar; debido a su inmensidad, las palabras no sirven de apoyo a nuestras pisadas, que caen en el vacío que las separa, en esos abismos siderales entre los conceptos. Con cada paso perdemos pie y caemos.

 Solo el movimiento hacia dentro se me antoja posible.

 Materia y antimateria.

 Información y antiinformación.


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Fragmento de Los errantes de Olga Tokarczuk



18/6/23

ASÍ PASAN… (Cien títulos que hacen un siglo)

  

En el principio fue La venganza de la gleba (1904) la que intentó fundar un México nuevo (1909), con todo y su Tenorio maderista (1911), pero apareció El terrible Zapata (1912) y, poco después, decenas de generales que inventaron El país de la metralla (1913). Pensar que fue la primera revolución del siglo XX, La Revolución Mexicana (1914), aunque a los pocos días se la conociera como La república lírica (1919) y en cada elección se interpretara El sainete de la democracia (1920). Los gobernantes eran asiduos al teatro e invitaban a los artistas a El jardín de Obregón (1920) o a La huerta de don Adolfo (1920). Tal era el dominio de la farsa que se permitían hasta un Chaplin candidato (1921). Sin embargo, llegaron los Aires nacionales (1921) y la política se volvió tragicómica al contemplar a Seis personajes en busca de una silla (1927), todos ellos bailando al ritmo de Su majestad el jazz (1928). Pero apareció de pronto el fantasma de 

23/5/23

De expropiaciones o reversión de concesiones

Hablando de expropiaciones, o mejor reversión de concesiones (un tema que se ha debatido en torno a las vías férreas del país), no estaría mal revisar el caso del Instituto Cultural Helénico AC, beneficiario indebido de una concesión o donación a 99 años por la cual recibe, además, una “apoyo” anual del gobierno. Aquí va el hilo con esta singular historia:


En 1974 se crea el Instituto Cultural Helénico AC, en cuya acta constitutiva firma, como “presidente honorario”, el entonces secretario de Hacienda José López Portillo y, como vocal, el Arq. Pedro Ramírez Vázquez. Cinco años después, el ya presidente López Portillo faculta a su secretario de Obras Públicas, Pedro Ramírez Vázquez, para entregarle en donación temporal a la AC, el inmueble de 5,800m2  ubicado en Av. Revolución 1500, que hoy conocemos como Instituto Cultural Helénico, para realizar en él actividades culturales sin fines de lucro. El nombre de Ramírez Vázquez aparece, pues, duplicado en el instrumento jurídico, una como representante del donador y otra como miembro de la asociación donataria. Este hecho sería suficiente para anular el acto de cesión, sin embargo, la historia de anomalías apenas comienza. 

22/4/23

Chespir

Hace algún tiempo, Alejandro Magallanes impartió un taller de cartel en la UV y en él se tomó a los grupos artísticos de Difusión Cultural como modelo para un diseño alusivo a su trabajo. El encargado de hacer el cartel relativo a Orteuv fue Mauricio Muratalla y él concretó un atractivo diseño que, a pesar de gustarme, yo rechacé porque constituía una engañosa alusión al teatro -más bien a la televisión- en la que Orteuv no se sentía reflejada. Anoche, hojeando el catálogo de una bienal de cartel en Polonia, me encontré casualmente con el afiche de Muratalla y pude apreciarlo de otra manera. Por supuesto se eliminó la alusión específica y se agregó una leyenda que contrasta lo clásico y lo moderno, Europa y Latinoamérica (¿el teatro y la televisión?). Visto así, el cartel se vuelve lúdico, expresivo, provocador y muy mexicano. ¿O ustedes cómo lo ven? ¿Cuál es la función que cumple el cartel? ¿Se modifica el mensaje según el contexto?

6/4/23

Homo políticus v. México DF 2005

“No vamos a hablar de Cortés ni de la Malinche”, dice en una de sus partes la versión mexicana de Homo políticus, y la negación explícita de un tema que parecería obvio al abordar un proyecto binacional de clara connotación política propició el primer posicionamiento de esta obra que logró despertar emociones y discusiones entre el público que abarrotó la sala durante su temporada en el foro La Gruta de la Ciudad de México, a mediados del 2005. 

       Para quienes conozcan la experiencia previa de Homo políticus, realizada por Fernando Renjifo y la compañía La República en Madrid 2003, no resultará difícil imaginar el carácter de las acciones propuestas en este evento; no obstante, y dado que proceso de creación y representación constituyen en este caso un todo indisoluble, vale la pena recapitular algunos de los pasos que le dieron forma, comenzando, desde luego, por el propio montaje madrileño del que se desprendió una propuesta con características tales que ameritaba ser trasladada a otros lugares y ser realizada con otros equipos de trabajo. Así fue como surgió la idea del intercambio, materializado finalmente por la compañía La República y el Centro Cultural Helénico, con el apoyo de otras instituciones de ambos países  (alguien tendría que hablar también del incumplimiento de otros que no saben honrar su palabra). El proyecto consistía en una residencia, que se prolongó por más de seis meses, en la que Renjifo desarrolló y presentó la creación escénica titulada Homo políticus v. México DF 2005

5/4/23

El teatro como vehículos para la paz


Me han invitado a hablar de un tema concreto: Las expresiones artísticas como vehículos para la paz, que no es mi tema particular, aunque me interesa mucho. Por esa razón, lo abordaré no como promotor de una línea de trabajo para las artes, sino como reflexión personal en torno a una aplicación del arte que, en definitiva, debe tener precisión sobre su técnica y su fin. 

 

No basta la voluntad para dirigir el mensaje apropiado, hay que dominar la técnica de la transmisión. Ese podría ser el primer axioma al abordar temáticas sociales con objetivos terapéuticos, didácticos o llanamente comunitarios: para hablar de la paz, la forma es fondo. 

 

Por otro lado, cabe puntualizar que abordaré este fenómeno desde la perspectiva del teatro porque es lo que conozco y de lo que puedo hablar. 

 

25/11/20

"La vida humana es breve, pero yo querría vivir siempre"

 

Llevo meses buscando si la muerte del Mishima ha sido analizada por los estudiosos del performance y no he encontrado nada. Es extraño tratándose del caso más radical de arte acción: el suicidio público ritualizado.  En estricto sentido es un seppuku, la muerte autoinflingida que el samurai lleva a cabo con apego a su código de honor, pero al realizarse ante una audiencia podemos definirlo como una intervención de la realidad para modificarla de manera simbólica y definitiva. Dice Yourcenar (1980) que la muerte tan premeditada de Mishima “es una de sus obras”, sin embargo, aunque reconoce todos los indicios que el artista fue distribuyendo a lo largo de sus novelas, obras teatrales y películas –indicios que reunidos en retrospectiva cobran otro sentido –, la autora francesa prefiere considerarlo un <martir del Japón heroico>, razonamiento que definiría su muerte como un acto político, pero no en el sentido emancipador y simbólico que sugiere el término die politische (lo político), sino en el de la integración de las estructuras del poder entendidos como politik (la política). En su opinión, dentro de las distintas facetas que Mishima interpreta como figura pública, “la política, con sus ambiciones, sus compromisos, sus bajezas, sus mentiras o sus fechorías más o menos camufladas con la razón de Estado, aparece, probablemente, como la más decepcionante de esas actividades”.

1/5/18

Crónicas Veracruzanas en Humanidades


“Voy a cantar un corrido
Que de mi memoria escapa
Cantaré lo sucedido 
Allá por Tatahuicapa... ” 

Invitan a la Orteuv a presentar sus Crónicas Veracruzanas en la Facultad de Humanidades. Será parte de los Diálogos Interdisciplinarios por la Paz, un coloquio que reúne voces muy diversas para reflexionar sobre la construcción de la paz en el contexto de shock que vive el estado. El evento no puede ser más oportuno para nosotros que, durante todo el año en La Caja, venimos haciendo pruebas con este ejercicio de interlocución. 
Crónicas Veracruzanas, basado en Aquí no es Miami, de Fernanda Melchor, es un ensayo abierto, un work in progress sobre la memoria, la microhistoria y las narrativas de la realidad. Para nosotros como compañía ha representado la posibilidad de colocar al espectador frente a su realidad más inmediata a través de una comparecencia escénica. Cada crónica es un compuesto de relatos breves, actas juduciales, testimonios y acciones teatrales con los cuales proponemos un diálogo in situ en torno a diversos problemas éticos. 
El día programado no contamos con el ochenta por ciento del elenco que está en el DF presentando otra obra de nuestro repertorio, así que armamos un programa alterno con dos crónicas y un intermedio musical.

26/12/13

Declaración ante la Hacienda Pública

Robert Walser
(Fragmento de El paseo, de R. Walser)
...Sin prestar atención a ninguna otra cosa, corrí a la caja municipal u oficina de Hacienda debido a los impuestos; no se trataba de pago alguno, sino por el momento tan sólo de una conversación con el señor presidente de la muy digna comisión de impuestos,  a quien en forma concisa formulé la siguiente declaración:
—Permítame decirle que como pobre escritor y plumífero u homme de lettres disfruto de unos muy cuestionables ingresos. Naturalmente, en mí no se puede apreciar ni hallar rastro de cualquier acumulación patrimonial. Constato esto muy a pesar mío, sin por otra parte desesperarme ni llorar ante el lamentable hecho. Me las voy arreglando, como suele decirse. No practico lujo alguno; eso puede usted verlo con sólo mirarme… He escrito libros que por desgracia no han gustado al público, y las consecuencias de ello son angustiosas. No dudo ni por un momento de que usted lo apreciará y en consecuencia entenderá mi situación financiera. No poseo posición ni prestigio social; esto es claro como el sol. El vivo interés por las bellas letras se da de manera escasa, y la crítica implacable que todo el mundo cree poder ejercer y cultivar sobre nuestra obra constituye otra fuerte causa de daño y frena como una zapata la realización de cualquier modesto bienestar. Sin duda hay bondadosos benefactores que me apoyan del modo más noble de vez en cuando; pero un donativo no es un ingreso, y un apoyo no es un patrimonio. Por todas estas razones, elocuentes y sin duda convincentes, quisiera solicitarle que prescinda de todo aumento de impuestos como el que me ha anunciado, y tengo que rogarle, cuando no conminarle a ello, que estime mi capacidad de pago tan bajo como sea posible.
El señor director o señor tasador dijo:
—¡Pero siempre se le ve paseando, despreocupado del trabajo!
—Pasear —respondí yo— me es imprescindible, para animarme y para mantener el contacto con el mundo vivo, sin cuyas sensaciones no podría escribir media letra más ni producir el más leve poema en verso o prosa. Sin pasear estaría muerto, y mi profesión, a la que amo apasionadamente, estaría aniquilada. Sin pasear no podría tampoco rendir informe alguno ni redactar el más mínimo artículo, y no digamos una novela. Sin pasear no podría hacer observaciones ni estudios. Un hombre tan inteligente y despierto como usted podrá entender y entenderá esto al instante. En un bello y dilatado paseo se me ocurren mil ideas aprovechables y útiles. Encerrado en casa, me arruinaría y secaría miserablemente. Un paseo me estimula profesionalmente y a la vez me da gusto y alegría en el terreno personal; me recrea y consuela y alegra, es para mí un placer y al mismo tiempo tiene la cualidad de que me excita y acicatea a seguir creando, en tanto que me ofrece como material numerosos objetos pequeños y grandes que después, en casa, elaboro con celo y diligencia. Un paseo está siempre lleno de importantes manifestaciones dignas de ver y de sentir. Naturaleza y costumbres se abren atractivas y encantadoras a los sentidos y ojos del paseante atento, que desde luego tiene que pasear no con los ojos bajos, sino abiertos y despejados, si ha de brotar en él el hermoso sentido y el sereno y noble pensamiento del paseo. Piense cómo el poeta ha de empobrecerse y fracasar de forma lamentable si la hermosa Naturaleza maternal y paternal e infantil no le refresca una y otra vez con la fuente de lo bueno y de lo hermoso. Piense cómo para el poeta la instrucción y la sagrada y dorada enseñanza que obtiene ahí fuera, al juguetón aire libre, son una y otra vez de la mayor importancia. Sin el paseo y sin la contemplación de la Naturaleza a él vinculada, sin esa indagación tan agradable como llena de advertencias, me siento como perdido y lo estoy de hecho. Con supremo cariño y atención ha de estudiar y contemplar el que pasea la más pequeña de las cosas vivas, ya sea un niño, un perro, un mosquito, una mariposa, un gorrión, un gusano, una flor, un hombre, una casa, un árbol, un arbusto, un caracol, un ratón, una nube, una montaña, una hoja o tan sólo un pobre y desechado trozo de papel de escribir, en el que quizá un buen escolar ha escrito sus primeras e inconexas letras. Las cosas más elevadas y las más bajas, las más serias y las más graciosas, le son por igual queridas y bellas y valiosas. No puede llevar consigo ninguna clase de sensible amor propio y sensibilidad. Su cuidadosa mirada tiene que vagar y deslizarse por doquier, desinteresada y carente de egoísmo; tiene que ser siempre capaz de disolverse en la observación y percepción de las cosas, y ha de postergarse, menospreciarse y olvidarse de sí mismo, sus quejas, necesidades, carencias, privaciones, como el bravo, servicial y dispuesto al sacrificio soldado en campaña. De otro modo, pasea tan sólo con media atención y medio espíritu, y eso no vale nada. Tiene que ser capaz en todo momento de compasión, de identificación y de entusiasmo. Pero ese fiel y entregado disolverse y perderse en los objetos y ese celoso amor por todas las manifestaciones y cosas lo hacen feliz, como todo cumplimiento de obligación hace feliz y rico en lo más íntimo a quien tiene una obligación que cumplir. Espíritu, entrega y fidelidad lo satisfacen y elevan sobre su propia e insignificante persona de paseante, que con demasiada frecuencia tiene reputación y mala fama de vagabundeo e inútil pérdida de tiempo. Sus múltiples estudios lo enriquecen y entretienen, lo calman y refinan y rozan a veces, por improbable que pueda sonar, con la ciencia exacta, lo que nadie creería del en apariencia frívolo caminante. ¿Sabe usted que mi cabeza trabaja dura y tercamente, y a menudo estoy activo en el mejor de los sentidos, cuando parezco un archigandul y persona frívola sin responsabilidad, sin pensamiento ni trabajo, perdido en el azul o en el verde, lento, soñador y perezoso, que ofrece la peor de las impresiones? Secreta y misteriosamente, siguen al paseante toda clase de hermosos y sutiles pensamientos de paseo, de tal modo que en medio de su celoso y atento caminar tiene que parar, detenerse y escuchar, que está cada vez más arrebatado y confundido por extrañas impresiones y por la hechicera fuerza del espíritu, y tiene la sensación de ir a hundirse de pronto en la tierra o de que ante sus ojos deslumbrados y confusos de pensador y poeta se abre un abismo. La cabeza se le quiere caer, y los por lo demás tan vivos brazos y piernas están como petrificados. Paisaje y gente, sonidos y colores, rostros y figuras, nubes y sol giran como sombras a su alrededor, y ha de preguntarse: «¿Dónde estoy?». Tierra y cielo fluyen y se precipitan de golpe en una niebla relampagueante, brillante, apelotonada, imprecisa; el caos empieza, y los órdenes desaparecen. Trabajosamente, el conmocionado intenta mantener su sano conocimiento; lo consigue, y sigue paseando confiado. ¿Considera usted del todo imposible que en un suave y paciente paseo encuentre gigantes, tenga el honor de ver a profesores, trate al pasar con libreros y empleados de banca, hable con futuras jóvenes cantantes y antiguas actrices, coma con ingeniosas damas, pasee por los bosques, envíe peligrosas cartas y me bata violentamente con insidiosos e irónicos sastres? Todo esto puede suceder, y creo que de hecho ha sucedido. Al paseante le acompaña siempre algo curioso, reflexivo y fantástico, y sería tonto si no lo tuviera en cuenta o incluso lo apartara de sí; pero no lo hace; más bien da la bienvenida a toda clase de extrañas y peculiares manifestaciones, hace amistad y confraterniza con ellas, porque le encantan, las convierte en cuerpos con esencia y configuración, les da formación y ánima, mientras ellas por su parte lo animan y forman. En una palabra, me gano el pan de cada día pensando, cavilando, hurgando, excavando, meditando, inventando, analizando, investigando y paseando tan a disgusto como el que más. ¡Y aunque quizá ponga la cara más complacida del mundo soy serio y concienzudo en grado sumo, y aunque no parezca más que delicado y soñador soy un sólido experto! Espero que todas estas detalladas explicaciones le convenzan de mis sinceras aspiraciones y le satisfagan plenamente.
El funcionario dijo «¡Bien!», y añadió:
—Examinaremos con atención su solicitud de que se le aplique la tarifa más baja posible y le enviaremos al respecto pronta comunicación denegatoria o aprobatoria. Se le agradece la declaración amablemente presentada y los sinceros testimonios celosamente aportados. Por el momento puede marcharse y continuar su paseo.

     Puesto que se me indultaba, eché a andar con alegría y pronto volví a estar al aire libre.

Walser, Roberto, El paseo, Madrid, Ed. Siruela, 2001, 79 pp. 

3/9/13

House of cards y la reforma educativa

Más allá de la trascendencia que ha alcanzado como estandarte de la televisión por internet, House of Cards (Netflix, 2013) vuelve a capturar la atención como espejo aciago de la realpolitik, en este caso, de la campaña oficial para aprobar las leyes secundarias de la reforma educativa; pareciera que los estrategas han estado pendientes de eso que la ficción propone y han aplicado paso a paso el manual de guerra empleado por el marrullero congresista Frank Underwood, mezcla pavorosa de don Beltrone y Emilio Gamboa, quienes en esto de conseguir los resultados a cualquier precio se las saben de todas, todas. 
     Para quienes aún no la conocen, House of cards es una serie dramática sobre los entresijos del poder en los Estados Unidos, narrada a cámara por el propio protagonista (Kevin Spacey), líder de la bancada demócrata en el Congreso, quien después de haber sido marginado del gabinete por el presidente recién electo, decide mover los hilos secretos para demostrar quién manda en el Distrito de Columbia. El referente al que aludimos se encuentra, específicamente, en los capítulos 5 y 6 de su primera y, por lo pronto, única temporada, que tienen como asunto central la aprobación de la ley de educación que el nuevo presidente norteamericano ha lanzado como promesa de sus primeros cien días de gobierno. Uno llega a dudar quién está plagiando a quien en esta historia, porque las similitudes son asombrosas: un nuevo gobierno que se ha propuesto "transformar" la educación, congresistas sitiados por los  maestros, una opinión pública harta...; cuando parece imposible llegar a un acuerdo con los líderes sindicales, que han empezado a movilizarse para reventar la aprobación del congreso –lo que pondrá en entredicho la propia capacidad operativa de nuestro protagonista–, Underwood comprende que ha llegado el momento de acelerar el proceso de cabildeo, y lo hace por dos vías: en primer lugar, sembrando provocadores que radicalicen las acciones del sindicato, y, en segundo, operando en medios una campaña de desprestigio por la afectación que el movimiento magisterial está causando entre los ciudadanos. La manipulación de datos y la telenovela construida alrededor de esos villanos que se dicen maestros, resultan una calca de los pasos que, en concordancia, la clase política y la comentocracia mexicana han dado en los últimos días de agosto, lo que resulta natural pues –ahora podemos advertirlo–, el libreto ya estaba escrito.
Un sólo asunto ha faltado para producir una copia fiel de la ficción televisiva; cuando la muerte de un niño que debiera estar en clases hace al congresista preguntar: "¿qué hacía ese niño en la calle?"... Inmediatamente las baterías se enfocan hacia los maestros que han lanzado al pequeño hacia una muerte evitable. En ese momento queda claro que la batalla está prácticamente perdida para el sindicato. 
    Pensar que hace apenas unos meses los medios de comunicación acusaban a los manifestantes del 1D de buscar afanosamente un muerto entre sus filas para prender las mechas de la rebelión. En este caso se han invertido los papeles; ahora es el gobierno el que se frota las manos ante la posibilidad de un suceso trágico que criminalice de manera definitiva a los maestros.
     ¿Se ha conjurado esta posibilidad? Sabemos que el congreso y el gobierno ganaron el round de la aprobación parlamentaria, pero desconocemos lo que ocurrirá en los próximos días, cuando las fiestas patrias y la agenda energética se sumen al ruido provocado por la ley educativa, así que, señores, aún nos faltan por ver algunos capítulos de nuestro particular Castillo de naipes. 
     Por lo pronto, queda claro que la ficción televisiva (no toda, por desgracia) ha decidido convertirse en reflejo de la realidad más inmediata, tal como nos lo demuestra esta brillante serie. Todavía quedan muchos tabúes por derrumbar y, sobre todo, un gran monopolio por desmantelar; pero al menos queda constancia de que la caja no era la idiota, sino aquellos que piensan y operan como si todos fuéramos de su condición.

17/4/13

El pecado de Ramírez Vázquez


Artista emérito, constructor de los principales templos de nuestra idiosincracia (el Museo de Antropología, la nueva Basílica de Guadalupe, el estadio Azteca), nadie puede escatimar las aportaciones del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez (1919-2013). Sin embargo, yo quisiera hacer referencia a uno de sus pecados, porque ser un gran hombre no lo exime del error y, en cambio, lo dimensiona como un producto de su tiempo, que fue el del milagro mexicano, pero también el de la corrupción impune.

11/3/13

El proyecto de "teatro" masivo del GDF


La imagen de la izquierda es la que difunde la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal con el siguiente encabezado: "Continúa programa de Teatro en Plazas Públicas...", y lo que uno comienza por advertir es que aquí está la plaza, pero ¿dónde está el teatro? 

29/10/12

El Museo de la Inocencia

En un barrio populoso de Estambul se levanta este museo, nacido de una ficción novelesca de Orhan Pamuk. Monumento a un gran amor (cómo aquella Tumba india de José de la Colina), se entra desde las páginas del libro o bien armándose un buen paquete turístico a Turquía. En él se exhiben los objetos que un enamorado robó durante ocho años (y más) de la casa de quien sería –vaya paradoja– el objeto de su propia existencia. 

3/3/12

¡El mundo está de fiesta!


No nos habíamos dado cuenta, pero al ver estas recurrentes imágenes descubrimos que el mundo está de fiesta. ¡Estamos en plena fiesta de la democracia! La gente grita, entusiasmada, porque están llegando los hombres (y las mujeres, perdón), que van a cambiar el mundo.