26/5/23

El onnagata Mangiku de Alejandro Reyes

A propósito de las Jornadas de Fotografía Escénica que organiza el Citru en el marco de su aniversario, rememoro que en 1993 comencé a trabajar en esa institución como coordinador de Documentación y allí conocí al fotógrafo Jorge Izquierdo, quien venía del Cenidi-Danza y había sido comisionado con nosotros. Para aprovechar que tenía una cámara beta, decidimos que una vez a la semana registraría una obra tanto en fotografía como en video y con sus cassettes e impresiones conformaríamos un catálogo documental. Uno de los primeros montajes que le propuse registrar fue Mishima, de Abraham Oceransky, que se había ensayado en Jalapa y entonces se presentaba en el DF. Fue allí donde Izquierdo capturó esta imagen que revive en toda su belleza y profundidad al onnagata creado por Alejandro Reyes. Gracias al recuerdo de esta fotografía fue que, 28 años después, decidimos Martín Acosta y yo consultar el video de la obra, que aún se conservaba en su formato original en la Biblioteca de las Artes del Cenart, pues resultaba esencial para la investigación que desembocaría en el montaje de Junio en el ’93. Cuando poco después entrevistamos a Oceransky sobre su puesta en escena, grande fue su sorpresa al enterarse de que existía un video de la obra, que él nunca había podido grabar (parece mentira, pero no era tan común grabar tu propia obra hace apenas 30 años). Por fortuna habíamos solicitado al Citru la digitalización de la cinta magnética y así pudimos entregarle una copia, además de que nos sirvió para estudiar el montaje e imaginar aquel proceso tan peculiar realizado por aquella comuna teatral jalapeña. Sobre el catálogo de más de 50 obras grabadas por Jorge Izquierdo, hay que decir que urge un plan de digitalización antes de que las cintas terminen de estropearse. Es verdad que se trata de grabaciones precarias, con problemas de audio e iluminación, pero constituyen en algunos casos el único registro de obras emblemáticas de esa época. Así es como se ha ido construyendo nuestra memoria, con imágenes parciales y engañosas que nos hacen revivir otras ficciones.

 

23/5/23

De expropiaciones o reversión de concesiones

Hablando de expropiaciones, o mejor reversión de concesiones (un tema que se ha debatido en torno a las vías férreas del país), no estaría mal revisar el caso del Instituto Cultural Helénico AC, beneficiario indebido de una concesión o donación a 99 años por la cual recibe, además, una “apoyo” anual del gobierno. Aquí va el hilo con esta singular historia:


En 1974 se crea el Instituto Cultural Helénico AC, en cuya acta constitutiva firma, como “presidente honorario”, el entonces secretario de Hacienda José López Portillo y, como vocal, el Arq. Pedro Ramírez Vázquez. Cinco años después, el ya presidente López Portillo faculta a su secretario de Obras Públicas, Pedro Ramírez Vázquez, para entregarle en donación temporal a la AC, el inmueble de 5,800m2  ubicado en Av. Revolución 1500, que hoy conocemos como Instituto Cultural Helénico, para realizar en él actividades culturales sin fines de lucro. El nombre de Ramírez Vázquez aparece, pues, duplicado en el instrumento jurídico, una como representante del donador y otra como miembro de la asociación donataria. Este hecho sería suficiente para anular el acto de cesión, sin embargo, la historia de anomalías apenas comienza.