27/5/12

Premio Juan Ruiz de Alarcón 2012


Autoridades y Representantes del Gobierno de Guerrero
Autoridades y Representantes del INBA y Conaculta
Amigos, amigas,
Señoras y señores:

Para ser breve, porque esta ceremonia se termina y la audiencia ya desea –más que las palabras–, las bebidas espirituosas, he de decir que agradezco este premio valorado por llevar el nombre del primer gran referente de las letras mexicanas, y porque viene acompañado de un monto en metálico que, aunque quisiera,  no pienso donar a otra causa que la de mis acreedores, quienes no han parado de llamarme desde que se dio la noticia. Así están las cosas para quienes pretendemos vivir de las letras dramáticas, una condición no muy lejana a la de los actores, bailarines, músicos y demás agremiados de la escena nacional. ¡Pero que viva el teatro!...

25/5/12

Maracanazo


Instrucciones al coro 

El primer requisito de toda tragedia es tener un coro. Por esa razón, a quienes decidan asistir a esta obra  les será encomendada tal responsabilidad. Dicho de otra manera, cuando tengan en sus manos el programa de mano se darán cuenta que no han venido a ocupar la butaca de un espectador, sino a ser testigos y comentaristas de una tragedia.
     En aras de contribuir a su mejor conocimiento del papel, conviene precisar algunos conceptos. Mucho se ha discutido sobre la insólita existencia de la tragedia teatral en nuestros días. Tanto que Steiner terminó por sentenciar su imposibilidad: “la tragedia exige la intolerable carga de la presencia de Dios”. Pues bien, cuando creíamos consumada la secularización del mundo advertimos en esta obra a desatados dioses olímpicos que ponen a prueba la templanza de los hombres. De uno, al menos. Y lo hacen porque encima nuestro, en una dimensión que nos rebasa, hay seres que mueven nuestros hilos con total impunidad. Ustedes y yo lo hemos visto.

1/5/12

Claves dramatúrgicas

A fines de 1992 comencé a colaborar con Martín Acosta, director del grupo Teatro de Arena, quien aceptó dirigir mi primera obra profesional: Exhivisión. Antes de esa fecha había yo estrenado tres obras semiprofesionales y había ganado algunos concursos y premios, entre ellos el Premio Nacional de la Juventud en 1985, máximo reconocimiento oficial que se otorgaba entonces a creadores menores de 25 años. Sin embargo, a pesar de una intensa actividad como dramaturgo, las instituciones de entonces no solían confiar en los jóvenes autores nacionales, así que no fue hasta que me uní a Teatro de Arena que pude encontrar los canales para llevar a escena mis obras. Tenía entonces casi 30 años.