26/3/11

Tennessee Williams en México



(1911-2011)


Ninguno otro dramaturgo puede jactarse de haber ejercido una influencia similar a que Tennessee Williams tuvo sobre el teatro mexicano de su tiempo. Comenzando por Un tranvía llamado deseo, estrenada en 1948, sus obras permearon rápido en los jóvenes autores que estaban por apropiarse de la escena nacional, entre ellos Emilio Carballido, Hugo Argüelles y el mismo Jorge Ibargüengoitia, quien incluso tomaría la base argumental de La gata sobre el tejado caliente, eliminando sus picos melodramáticos, para elaborar un ejercicio de contención chejoviana titulado Ante varias esfinges.

17/3/11

Las Escuelas Teatrales en México (1868-2000)


Desierto bajo escenografía lunar (Centro Universitario de Teatro)

Todos sabemos que hasta el siglo XIX no hubo más escuela de teatro que las tablas. Los aspirantes a actor comenzaban todos de la misma forma: uniéndose a una compañía en la que desempeñaban múltiples oficios antes de interpretar un papel, por pequeño que fuese. Precisamente era el primer actor el que tenía casi siempre la tarea de dirigir el espectáculo en aras de su propio lucimiento, y el resto procuraba ir recorriendo la escala jerárquica para, algún día, si el público le favorecía, aspirar al puesto de galán, dama joven, primer actor, característico o actor de carácter, y, por qué no, a ser empresario de su propia compañía. Los  aspirantes a actor aprendían a través de la imitación, ayudando en los ensayos y también desempeñándose como apuntadores, todo lo cual contribuía a que su incursión en el escenario fuese gradual y pausada. Como afirma Héctor Mendoza, “los actores que podían hacer un Hamlet eran los señores grandes, con faja, aunque a lo lejos pudiesen aparentar 22 ó 23 años”. En todo caso, la repetición de lo que hacían los “maestros” era la norma y, para aspirar a la graduación un actor debía llegar a lo que los críticos llamaban una “auténtica creación”. Detengámonos un momento en este concepto que resulta interesante: todos los actores y actrices interpretaban los mismos personajes y lo hacían reproduciendo a los actores viejos; entonces, lograba una auténtica creación el que dotara a un personaje de rasgos que lo separaran de todo lo que el público había visto hasta entonces. En ese momento se decía que tal o cual personaje era creación de tal o cual actor. Por lo demás, puede concluirse que esta estructura (estamos hablando, por supuesto, de la tradición española de la que somos herederos) estaba concebida para no cambiar, para hacer siempre el mismo teatro... (Cont)

12/3/11

Santa Rita


"Abre tu mente y piensa que
no estoy lejos
Estando aquí no estoy
me engaña la razón"
Pues despertamos con la noticia de que Rita no está ni aquí ni en otro lado. Toda mi generación hace un alto para recordarla, y a mí me ataca la tristeza porque fui mudo testigo del nacimiento de Santa Sabina mientras compartíamos teatro en la facultad de Arquitectura; porque la vi crecer con y para mi generación; porque nos acompañamos en una singular experiencia televisiva en el canal 22; porque nunca dejó de sentirse actriz; porque fui cómplice discreto de los últimos momentos de esplendor de su banda en el teatro Helénico; porque la vi transitar del rock gótico al concierto barroco; porque la encontré hace menos de un año recogiendo a su hijo en el Decroly, pero sobre todo porque fue buena amiga y siempre hubo en sus palabras una gran convicción en lo que hacía. Eso fue para mí Rita Guerrero, quien a los 44 ya no está, aunque siga estando. 

3/3/11

El consultor de guiones es la estrella

Robert Mckee está en México dictando su famoso seminario sobre escritura creativa para el cine. Mckee es el último gurú del guión, aunque curiosamente sus apreciaciones resultan bastante clásicas pues centra su análisis en la estructura y su relación con el género y con el estilo. Lo que tal vez haga más elocuente su postura es que no formula principios dogmáticos, sino que ahonda en los mecanismos de la historia y sus formas de potenciarla.
    Hubiera deseado asistir al seminario, pero la verdad estaba un poco caro. De cualquier manera, nos queda su libro (que se puede bajar de internet en http://es.scribd.com/doc/35893503/Robert-McKee-Story-El-Guion), un fragmento en video de sus conferencias y sus 10 mandamientos, que ni siquiera sé si él los redactó. Consuelo de los pobres.


LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE ROBERT McKEE
PRIMERO
No le quitarás de las manos la crisis/el clímax al protagonista. Mandamiento anti "deus ex machina".
SEGUNDO
No le facilitarás la vida al protagonista. En un argumento nada progresa si no es a través del conflicto.
TERCERO
No harás una exposición porque sí. Dramatízala. Convierte la exposición en munición. Utilízala para girar el final de una escena, para favorecer al conflicto.
CUARTO
No utilizarás falsos misterios ni sorpresas fáciles. No escondas nada importante que sepa el protagonista. Mantennos al nivel del héroe. Que sepamos lo que él/ella sabe.
QUINTO
Respetarás a tu público. Mandamiento antimercenario.
SEXTO
Conocerás tu mundo como Dios conoce éste. Mandamiento proinvestigación.
SÉPTIMO
No complicarás con nuevos elementos ya que la complejidad de los que dispones es mejor. No multipliques las complicaciones en un solo nivel. Utiliza las tres: intra-personal, interpersonal, extra-personal.
OCTAVO
Llevarás las situaciones al límite, negando las negaciones, llevando a los personajes hasta los extremos y la profundidad más lejanos de los conflictos imaginables dentro del propio espectro de probabilidades del argumento.
NOVENO
No escribirás con evidencia. Pon un subtexto debajo de cada texto.
DÉCIMO
Reescribirás.

2/3/11

Adictos anónimos en Mazatlán


Del 24 de febrero al 15 de abril se presenta en el teatro del IMSS Antonio Haas, de Mazatlán, Sinaloa. “Terapia de grupo acompañada por la famosa perorata sobre la necesidad de despenalizar el consumo de drogas”, es el subtítulo de esta comedia compuesta a partir de monólogos intercalados, que fuera escrita originalmente para los alumnos del CU allá por 1998.
     Siete adictos “legales” y un orador “ilegal” dan sus respectivas razones para, en el primer caso, justificar su dependencia a todo aquello que les ayude a simular un mundo mejor, y en el segundo, para cuestionar los criterios que ubican a las adicciones en una u otra  línea de la prohibición. El resultado es una obra de estructura flexible que obliga al público a reírse de sus propias manías obsesivo-compulsivas.
     En lo personal hay muchas cosas que reescribiría de esta obra, pero por alguna razón funciona sobre todo con grupos jóvenes y/o estudiantiles. Como quiera que sea, siempre es un gusto saber que sigue girando, así que si andan por Mazatlán, échense unos mariscos en el Camichín y después caíganle al teatro.