21/2/21

Baile en Condominio (1990)

NoMakeSense (2016), Videoinstalación de Joaquín González y Pedro Alvera 
Hace 30 años escribí este ejercicio que fue publicado en la revisa de minipiezas Art Teatral #9 (1997), aunque nunca fue escenificado. Era muy simple, sólo quería probar un teatro sin actores "en vivo" y con la incorporación del espectador al centro del espectáculo. Casi resulta obvio que hoy parezca coherente con lo que estamos viendo en el teatro en línea, por eso la pongo por aquí y me marcho lentamente. 


Baile en Condominio 

 

Videoteatroinstalación

 

 

Las acciones, en una sola habitación. Hay seis monitores colocados a distintas alturas en las cuatro paredes, de tal manera que el ojo tenga que moverse. El resto de la pared será decorada con diversos utensilios propios de un condominio moderno. Asimismo, hay una cámara colocada en un rincón que, cuando sea operada por el camarógrafo, podrá moverse de su sitio. 

 

El público se colocará al centro de la habitación. Las luces permanecerán prendidas todo el tiempo.

 

SE ENCIENDE MONITOR DEL SUICIDA (1)

 

Toma estática sobre una habitación en blanco. Al centro hay una mesa, una máquina de escribir y una silla. El Suicida aparece a cuadro con varias hojas en la mano. Se sienta frente a la máquina (de manera que su rostro da el frente a la cámara). Coloca una hoja en el rodillo y piensa... Se truena los dedos, tamborilea sobre la mesa, piensa, sin embargo no puede escribir. Por fin parece que va a comenzar pero se arrepiente. Pausa. Finalmente teclea algo. Hace una mueca y arranca la hoja. Se levanta. Camina alrededor de la mesa. Vuelve a sentarse. Continúa su acción en ese sentido mientras... 

 

SE ENCIENDE MONITOR DEL ANFITRION (2).

 

Otra habitación de las mismas dimensiones, sólo que esta tiene una pila de televisiones  apagadas, una mesita y un teléfono. Aparece a cuadro el Anfitrión. Carga una caja que  coloca en la mesita. Saca un estéreo de la caja, lo acomoda y lo conecta. Lo mira un momento antes de dirigirse al teléfono. Mientras espera... 

 

SE ENCIENDE EL MONITOR DEL VIAJERO (3)

 

Habitación idéntica con distinto decorado, y con un teléfono que suena. Aparece a cuadro el Viajero. Contesta. 

    

VIAJERO:  Bueno... 

ANFITRION:  Hola, ¿ya nao me reconoces? 

VIAJERO: Carnal, qué milagro. ¿Qué te has hecho? 

ANFITRION: Ya ves, hablaba para invitarte a mi casa. Tengo un nuevo estéreo que quiero que escuches.

VIAJERO: Órale. Voy para allá.

                                     

Ambos cuelgan. El Viajero se pone un saco ligero y sale de la habitación. La cámara lo sigue al bajar las escaleras y salir del edificio. También lo seguirá cuando camina por la calle, aborda un pesero y atraviesa la ciudad. 

 

En Monitor 1, el Suicida está  tratando de escribir algo. Desesperado ante la falta de imaginación, ha encendido un cigarro, se ha levantado por un vaso de agua, ha dado más vueltas por la mesa, etc. La cámara está fija, de tal manera que no lo sigue cuando sale de cuadro. 

  

Al mismo tiempo en Monitor 2, una vez que colgó el teléfono, el Anfitrión se dirige a poner un  disco. Sube el volumen, que se escucha bastante fuerte. Se mueve rítmicamente. El Suicida, desde su televisión, se tapa los oídos para no escuchar ningún ruido y poder concentrarse. 

 

El Anfitrión sigue el ritmo de la música mientras enciende cada una de las televisiones que hay en su departamento. En todas ellas aparece la misma imagen que se ve en su propio monitor: es decir, él mismo encendiendo las televisiones y así al infinito. 

 

SE ENCIENDE EL MONITOR DEL ENFERMO (4).

 

Es otra habitación con una cama en la que está acostado el Enfermo. Tiene una bolsa de agua caliente en la cabeza y un termómetro en la boca. Su aspecto es deplorable. Molesto por el alto volumen de la música, trata de taparse los oídos con la almohada, se cubre la cabeza con las  cobijas. Sin embargo, no puede evitar escuchar la música. 

China Boulevard, de Valentina Serrati

Ya que se han encendido los cuatro monitores, se encienden ahora simultáneamente las pantallas 5 Y 6. En la 5 se presenta un collage de imágenes inconexas unas con otras. Pueden ser colores, paisajes, caras, pies, sobre todo pies, etc. El ritmo con que desfilan las imágenes es vertiginoso y anárquico, es decir que la relación que guarda con las demás televisiones es en un sentido más inconsciente, por decirlo de alguna manera. Por su parte, la pantalla 6 presenta las imágenes que en ese momento está tomando la cámara del escenario, o sea que el público está reflejado en esta pantalla. La cámara es móvil y podrá presentar ya sea planos generales, close-ups o detalles particulares de todos y cada uno de los espectadores. ´

 

Volviendo a la "situación dramática": en Monitor 4, el Enfermo estira la mano desde su cama y toma el teléfono. Marca un número. 

 

El Anfitrión contesta el teléfono en Monitor 2. 

    

ANFITRION:   ¡Bueno...! 

    

Sin embargo, el Enfermo sólo puede emitir quejidos. (En realidad es voluntario que hable o no) 

    

ANFITRION:   (Gritando para escucharse)  ¿Qué?... No entiendo... 

 

El Enfermo sigue emitiendo quejidos. 

    

ANFITRION: ¿Qué? ¿Podría ser más claro? 

    

El Enfermo emite un quejido prolongado. 

 

Al mismo tiempo en Monitor 1, el Suicida grita desde la mesa. 

    

SUICIDA: ¡No dejan trabajar, carajo! 

    

ANFITRION: (Al teléfono) Espéreme un momento. Voy a  bajarle porque no escucho bien. 

 

El Anfitrión le baja el volumen al estéreo. 

 

El Enfermo se tranquiliza. 

    

ANFITRION: Ahora sí lo escucho. 

    

El Enfermo emite un dulce quejido. 

    

ANFITRION:  Óigame, amigo, tampoco tiene por qué sentirse así. ¿Por qué mejor no viene a tomar algo y escuchar mi nuevo estéreo? 

 

El Enfermo hace ademán de que no puede. Sin embargo, el Anfitrión insiste y, al parecer lo convence. Ambos cuelgan. 

 

El Enfermo pone más atención a la música y comienza a llevar el ritmo desde su cama. Después se levantará y se pondrá un abrigo para salir. 

 

Por su parte, el Suicida sigue malhumorado. Se levanta y va hacia una pared. Se azota. Luego va contra la otra pared y también se azota. De pronto, en uno de los golpes, se le ilumina el coco y va corriendo hacia la máquina de escribir. Teclea con rapidez. Una vez que termina saca la hoja y la lee satisfecho. A continuación le pega un diurex y la adhiere a una de las paredes. Sale un momento para reaparecer casi inmediatamente con una soga. Intenta colgarla del candelabro    

 

El Anfitrión mira hacia donde se encuentra el monitor del Suicida y dice:                         

    

ANFITRION: ¿Y tú por qué no vienes? 

    

El Suicida voltea sorprendido hacia la cámara: 

                                    

SUICIDA:  ¿Qué?

                                     

El Anfitrión repite:

 

ANFITRION:   Que por qué no vienes a escuchar mi nuevo estéreo. 

SUICIDA:        ¡Al carajo! 

 

Toma otra de las hojas de la mesa y le pega un diurex. Después viene hacia la cámara y le pega la hoja enfrente, de tal manera que ya no vemos nada. 

Una invasión en 4 tiempos, de Ana Elena Tejera

Mientras tanto, el Viajero está a punto de llegar a casa del Anfitrión. Está a las puertas del edificio. Entra. 

 

El Anfitrión le sube el volumen a su estéreo, que vuelve a escucharse bastante fuerte. 

 

El Enfermo baila, de alguna manera, desde su pantalla, mientras se prepara para llegar a casa del Anfitrión. 

                                    

En este momento el Monitor 5 hace hincapié en imágenes de pies, en fotografía, cine, caricatura, animales, etc. 

                                    

El Monitor 6 tratará de encontrar a algún espectador que sin darse cuenta esté llevando el ritmo de la música. 

 

El Viajero comienza a subir las escaleras del edificio. 

 

El Enfermo sale de cuadro y ahora lo vemos cerrar la puerta de su departamento. En las escaleras se encuentra al Viajero. Ambos se saludan y suben juntos. Las imágenes de sus respectivos monitores se funden en una misma. Llegan ante una puerta y tocan. 

                                                                         

En su monitor, vemos al Anfitrión, quien se acerca a la puerta para abrir. Aparecen en su pantalla el Enfermo y el Viajero,  con lo que la imagen se unifica en esas pantallas. Grandes saludos y abrazos. Todos entran. 

 

El Anfitrión quita la canción y pone otra, mientras los invita a que se sirvan algo. Los demás escuchan un momento y comentan:                          

 

VIAJERO:       Sí que está potente.

ENFERMO:    Nunca había escuchado con tanta  nitidez.

ANFITRION:   Y fue una ganga. 

ENFERMO:    ¿Quién es? ¿Schubert? 

ANFITRION:   Prokofiev.

VIAJERO:       ¿No tienes algo más machacoso? 

 

El Anfitrión cambia de disco y pone algo  más moderno. El Viajero se pone a bailar Pronto es seguido por los otros, aunque el  enfermo prefiere ir a beber algo.                                    

                                     

La imagen se reproduce en las tres televisiones, además de en todas las de la habitación del Anfitrión. 

                                     

Mientras tanto, el papel que cubría el Monitor 1 del Suicida, cae y lo que vemos son sus pies colgando inertes, aunque llevando también al ritmo de la música. 

                                    

Un cartel se pasea alternativamente por cada una de las televisiones. éste dice: 

 

Tengo el ritmo, Tengo el ritmo

 

Los Monitores 5 y 6 siguen con su misma línea de imagen. 

 

Los hombres de la fiesta, mientras tanto, miran a la cámara y comienzan a hacer señas al público para que "venga" y baile. La música sube de volumen.

 

De pronto la música se interrumpe y los seis monitores muestran imágenes del público. Silencio. 

                                     

Transcurridos unos segundos la música se vuelve a escuchar pero ya no vemos más que al público reflejado en todas las pantallas. Será suficiente con que la cámara ponga énfasis en hacer tomas a los pies del público, a ver cómo reaccionan. La escena termina al concluir la música.  

 




1 comentario:

tuk dijo...

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