Por José Sanchis Sinisterra
I
Hay
territorios en la vida que no gozan del privilegio de la centralidad.
Zonas
extremas, distantes, limítrofes con lo Otro, casi extranjeras.
Aún,
pero apenas propias.
Áreas
de identidad incierta, enrarecidas por cualquier vecindad
La
atracción de lo ajeno, de lo distinto, es allí intensa.
Lo
contamina todo esta llamada.
Débiles
pertenencias, fidelidad escasa, vagos arraigos nómadas.
Tierra
de nadie y de todos.
Lugar
de encuentros permanentes, de fricciones que electrizan el aire.
Combates,
cópulas: fértiles impurezas.
Tradiciones
y pactos. Promiscuidad.
Vida
de alta tensión.
II
Hay gentes radicalmente fronterizas.
Viven
en un perpetuo vaivén que ningún sedentarismo ocasional liquida y, además de la
propia, hablan algunas lenguas extranjeras.
Carecen
por completo demorar las costumbres.
III
Hay una cultura fronteriza
también, o quehacer intelectual y artístico que se produce en la periferia de
las ciencias y de las artes, en los aledaños de cada dominio del saber y de la
creación.
Es, además, apátrida y
escéptica y ecléctica.
Así que a la deriva, a
impulsos del azar o del rigor, discurre permanentemente una cultura fronteriza,
allí donde no llegan los ecos del Poder.
IV
Hay -lo que ha habido
siempre- un teatro fronterizo.
Íntimamente ceñido fluir de
la historia, la Historia, sin embargo, lo ha ignorado muy a menudo, quizá por
su adhesión insobornable presente, por su vivir de espaldas a la posteridad.
También por producirse fuera de los locales inequívocos, de los recintos
consagrados, de los compartimentos netamente serviles a sus rótulos, de las
designaciones firmemente definidas por el consenso colectivo o privado.
El teatro fronterizo: planteamientos
El Teatro Fronterizo es un
lugar de encuentro, investigación y creación, una zona abierta y franqueable
para todos aquellos profesionales del teatro que se plantean su trabajo desde
una perspectiva crítica y cuestionadora.
Lo que llamamos Teatro, esa
institución que languidece en la periferia de nuestra vida social -a pesar de
que sus salas se levantan en el centro de la Ciudad-, no es más que una forma
particular de la teatralidad, una estructura sociocultural generada por y para
una clase determinada, la burguesa, en una etapa de su evolución histórica.
Para crear una verdadera
alternativa a este "teatro burgués", no basta con llevarlo ante los
públicos populares, ni tampoco con modificar el contenido ideológico de las
obras representadas. La ideología se infiltra y se mantiene en los códigos
mismos de la representación, en los lenguajes y convencionalismos estéticos que, desde el texto hasta la
organización espacial, configuran la producción y la percepción del
espectáculo. El contenido está en la forma. Sólo desde una transformación de la
teatralidad misma puede teatro incidir en las transformaciones que engendra el
dinamismo histórico. Una mera modificación del repertorio, manteniendo
invariables los códigos específicos que se articulan en el hecho teatral, no
hace sino contribuir al mantenimiento de lo "lo mismo" bajo la
apariencia de "lo nuevo", y reduce la práctica productiva artística a
un quehacer de reproducción, de repetición.
Se hace preciso, pues,
revisar y cuestionar a través de la práctica los componentes de la teatralidad,
investigar sus manifestaciones en dominios distintos al Teatro, en tradiciones
ajenas al discurso estético de la ideología dominante, en zonas fronterizas del
arte y de la cultura.
El Teatro Fronterizo se
plantea éste ambicioso programa de revisión y cuestionamiento de la práctica
escénica en todos sus niveles de una forma gradual y sistemática, acotando para
cada etapa, para cada experiencia, una área de investigación determinada, en la
que son focalizados aquellos segmentos de las estructura teatral sujetos
examen: la naturaleza del texto dramático y el modo de escritura teatral, la
noción de "personaje" y su relación con las funciones escénicas del
actor, el imperialismo de la "fábula" y la estructura de la trama,
los conceptos de Unidad y Coherencia estéticas, el pretendido carácter
discursivo de la representación, las fronteras entre narración oral e interpretación,
la plasticidad del espacio espectacular, la teatralidad diferente del juego, del ritual, de las fiestas, de la juglaría...
Toda una serie de cuestiones aparentemente "formales" pero que
comprometen el lugar, el sentido, y la función del hecho teatral en la cultura y en historia.
El Teatro Fronterizo es un
grupo abierto. Abierto a práctica es de expresión y comunicación no teatrales e
incluso no artísticas, por considerar que la teatralidad no es algo
definitivamente establecido por los sistemas y códigos tradicionales, sino una
dimensión humana de reconocimiento y autoconstrucción que cambia con el hombre,
que precede, acompaña o sigue sus deseos de cambio.
Itinerario fronterizo (fragmento)
... "El Teatro
Fronterizo es, antes que un grupo dedicado a la realización espectáculos, un
taller de investigación y creación dramatúrgica, un laboratorio de
experimentación textual. Cada uno dos montajes producidos hasta la fecha es el
resultado de un trabajo previo de manipulación y elaboración de materiales
literarios originalmente no dramáticos, cuya teatralidad se pretende verificar." (...) "Subvertir la
teatralidad a partir del trabajo textual mismo y, desde allí, en una etapa
posterior, cuestionar la condición espectacular atribuida a los códigos escénicos,
son requisitos indispensables para desarticular los modelos ideológicos que
esclerotizan la práctica teatral desde su matriz espectacular." (...)
"Escribir desde la escena, escenificar desde la escritura. Cuestionamiento
recíproco de textualidad y teatralidad."
... "El hecho de que El
Teatro Fronterizo tenga un carácter de teatro marginal no es una situación
deliberada, sino la consecuencia de la relación entre la práctica teatral
habitual y otra, la nuestra, que pretende cuestionar, hace preguntas y explorar
zonas. La marginalidad no es una vocación; lo es en cierto modo plantear unos
trabajos que puedan provocar la emergencia de nuevas demandas. Dada la pobreza
teatral aquí, esa condición fronteriza se convierte en marginal. El concepto de
lo marginal y lo fronterizo no son, como puede parecer a primera vista,
sinónimos. La nación de margen se
define en la relación de un
espacio pleno con un espacio vacío, con una exterioridad que se da como no man´s land. En cambio, la nación de
FRONTERA establece la intersección entre dos plenitudes, entre dos territorios
igualmente plenos, pero que se viven recíprocamente bajo el signo de la
otredad. Una plenitud puede ser reconocida, propia, y la otra desconocida,
ajena, incógnita... Trazar la frontera entre ambas, o encontrarla y situarse en
ella, significa renunciar a toda pretensión de confortante centralidad."
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