En un barrio populoso de Estambul se levanta este museo, nacido de una ficción novelesca de Orhan Pamuk. Monumento a un gran amor (cómo aquella Tumba india de José de la Colina), se entra desde las páginas del libro o bien armándose un buen paquete turístico a Turquía. En él se exhiben los objetos que un enamorado robó durante ocho años (y más) de la casa de quien sería –vaya paradoja– el objeto de su propia existencia.
Cosas que hipnotizan a tu pareja en la cama (OMG!)
Hace 8 meses.